Lo que me llevará al final, serán mis pasos.

Cierto es que el duelo tiene varias fases. Primero aparece el desconcierto ''esto no me esta pasado a mí'', ..te das cuenta de que sí, sí a pasado.. y es cuando entras en una tristeza profunda,.. llegas a la desesperación o incluso depresión. Parece gracioso, ¿cómo es posible? tenía 17 años.. y ningunas ganas de vívir.. ningunas ganas de salir a la calle, y por supuesto ningunas ganas de salir de fiesta. Simplemente me había convertido en una persona apática y frágil. Finalmente llegó la aceptación y con ella.. una sonrisa nueva que mostrar, y alguna que otra sorpresa.
Sentí de nuevo como por fín, se erizaba mi piel con otra persona. Al principio pensé que no podía pasar nada, sería imposible, no quería hacer daño a nadie. No había olvidado a aquella persona ''totalmente'', pero cada día que pasaba con ...., cada sonrisa que me sacaba, cada caricia, mirada, me daba cuenta de que sí, sentía algo más que una gran amistad. Que gracias a todas esas.. cosas, te olvidé. (....) Y hoy sigo sintiendo que eres alguien muy especial.
A veces pienso que hay cosas en la vida que mejor no aprender.
Y viendo.. todo esto desde fuera, me doy cuenta de que ''el amor'' no es ninguna tontería. Te hace crecer, aprender, madurar o incluso casos extremos te puede cambiar la vida. Nos acerramos a unas personas, pensamos que todo será eterno, sin cambios.. pero los cambios son inevitables. La sociedad cambia, las ciudades, cambian, las modas, el ser humano, cambiamos nosotros, nuestros sentimientos.. Y puesto que no todo está bajo nuestro control, toca adaptarse a las diferentes situaciones que te odrece la vida. Te gusten o no.
Y en muchas ocasiones, los cambios nos liberan de ataduras, evidentes unas veces, invisibles otras. Son oportunidades para el crecimiento. Y es que… la vida es un viaje que puede ser fantástico si nos permitimos ser viajeros y protagonistas de la misma.